NO DEBERÍA COSTARLE TANTO A UNA MUJER, LOGRA LO QUE QUIERE
En pleno siglo XXI, sigue siendo difícil hacer de los sueños una realidad. Mis padres quebraron económicamente cuando yo apenas estaba terminando el colegio, razón por la cual no pudieron apoyarme con una carrera universitaria, intenté trabajar y pagar mis semestres, pero fue imposible ya que también ayudaba con los gastos de la casa. Después de tantos golpes y entrevistas de trabajo (donde me rechazaban por no haber terminado una carrera), entendí que este mundo es de oportunidades, las cuáles son escasas y más cuando eres mujer, aun así, eso no fue impedimento para luchar y alcanzar mis metas; me formé como emprendedora, he tenido mis propios negocios y ahora estoy cumpliendo mi sueño de estudiar Psicología. El proceso ha sido extenso, y tengo claro que si hubiera nacido niño mi presente sería diferente tal vez con un posgrado, especialización y un trabajo con mejores ingresos. Como lo mencioné anteriormente, decidí estudiar psicología y aunque esta carrera está estigmatizada, lo hice porque me interesé en entender el comportamiento de los seres humanos, además porque tengo una fundación y quiero brindar ayuda profesional a las muchas problemáticas que veo a diario. Un ejemplo de esta estigmatización fueron las declaraciones de la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez, quien afirmó que hay demasiadas psicólogas y que las niñas deberían empezar a interesarse en áreas como matemáticas y ciencia. Lo que llevó a muchas críticas, primero por la desacreditación de estas áreas y segundo porque no se refirió a nivel general a psicólogos, sino hizo alusión al género femenino, psicólogas y sociólogas. En concordancia argumenta la profesora Elvira Navia "la preferencia de las mujeres por la psicología tiene que ver con ayudar a la gente y guiarla, algo que está asociado más con el papel de la mujer que con el del hombre en la sociedad". Navia,(2011).
Precisamente para mejorar las condiciones laborales y la igualdad de género, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) creó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para así garantizar el trabajo decente y crecimiento económico. Las propuestas que se presentan para alcanzar la meta de este objetivo son: aumento del número de empleos mejorando la calidad, regulación de los empleos de las plataformas digitales, incorporación de las personas al sistema de salud sin importar su estatus migratorio o tipo de contrato, erradicación del trabajo infantil y la inclusión del género femenino. En este orden de ideas y viendo la inclusión del género femenino como propuesta dentro de los ODS, es necesario acabar con la discriminación hacia las mujeres. No se trata solo que los sectores público y privado empiecen a mejorar las oportunidades laborales, sino también de un cambio socio- cultural, de equidad y de respeto hacia los derechos de las mujeres.
Si analizamos el contexto de la niñez, vemos que en esta etapa hay una forma de crianza diferente entre los géneros. Empezando porqué a las niñas les inculcan que tienen que comportarse bajo unos estándares de urbanidad, está mal visto que sean ellas quienes trepen los árboles o se llenen de lodo, por el contrario, según nuestra sociedad, las niñas deben jugar con muñecas y cocinas, mientras que los niños con carros y con el balón, En mi caso, mi figura materna fue muy exigente, velando por lograr la perfección y la excelencia en mí, enseñándome que debía cuidar de mis modales y mi aspecto físico, influyendo en mi manera de vestir y mis gustos. Nunca asistí a una pijamada y me sentí cenicienta en las contadas ocasiones en las que pude asistir a una fiesta, argumentando que yo y cualquier niña de mi edad, éramos más débiles e indefensas que los niños. No creo que esto sea así, lo que creo es que ella dejándose llevar por las cifras de abusos y maltratos, quiso sobreprotegerme para que nada malo me sucediera. Estamos en un país donde la violencia afecta más a las mujeres, principalmente a las menores de edad; donde en muchos casos esto conlleva a una baja autoestima y a dificultades de acoplarse en contextos sociales, trayendo consigo traumas psicológicos en algunas ocasiones. En consecuencia, de lo anterior, muchas de ellas suelen irse a temprana edad de su casa, quedando algunas en embarazo, otras involucrándose en el trabajo sexual o incluso cometiendo algún tipo de delito, siendo estas dos últimas sus fuentes de ingreso.
Reducir la violencia y el abuso a la primera infancia, generar una óptima inclusión de género, mejorar las oportunidades educativas y laborales de las mujeres, son las herramientas para lograr un mayor crecimiento económico en nuestro país.
Catalina Ruíz, una reconocida escritora, periodista y feminista en uno de sus artículos habla acerca de la violencia de género, especialmente en las edades más tempranas. En este artículo hace alusión al caso de Yuliana Samboní, donde expone que la brecha de clases permite que las pequeñas jueguen en la calle sin la supervisión de un adulto, pues sus padres y madres trabajan todo el día. Ruíz, (2016). Conozco muchos casos como este en mi fundación, de padres ausentes y madres que tienen que buscar en la calle, lejos de sus hijos, los ingresos para la supervivencia diaria, convirtiendo a las infantas en un blanco fácil para los transgresores.
El Tiempo, publicó un artículo titulado las infamias y los desafíos de nacer niña en Colombia, donde el autor Simón Granja expone que la combinación del lugar de nacimiento y el cromosoma del feto es lo que determinará el destino del bebé. Si la genética determinó sexo femenino, es más probable que sea víctima de violencia sexual, de violencia intrafamiliar, de poco acceso a servicios básicos, a explotación laboral, a matrimonio forzado, a ser discriminada en las escuelas, en los sistemas de salud, en el trabajo y a vivir bajo estereotipos. Granja, (2018). De acuerdo a esto, es posible decir que el solo hecho de nacer niño o niña, marca una gran diferencia, ya que son ellas en su mayoría, a quienes no se les están respetando sus derechos.
Para mejorar las condiciones de vida en el género femenino, se debe empezar por la igualdad de los derechos entre niños y niñas, reduciendo los índices de violencia, asegurando la educación básica y profesional y las mismas oportunidades para las mujeres. Mónica Contreras en uno de sus artículos concluye a partir de un estudio de la OCDE, que se puede alcanzar un mayor crecimiento económico al incluir más a las mujeres en el ámbito laboral, esto llevaría a la reducción de pobreza y el hambre, y a la capacidad de innovación en los negocios. Contreras, (2017). Se ha demostrado que los países con mayor igualdad de género, son mas competitivos y tienen un mayor crecimiento económico.
En conclusión, las mujeres no deberíamos tener límites para cumplir con nuestros objetivos y metas, es injusto que la desigualdad se imponga desde la niñez, separando los roles y gustos por géneros, sin al menos preguntar ¿qué es lo que cada uno quiere? Es momento de acabar con la violencia de género, dando un castigo ejemplar a violadores y maltratadores, fortaleciendo la confianza y la protección de las infantas. Debemos luchar por un mundo equitativo, donde las niñas crezcan siendo libres, escogiendo dentro de innumerables oportunidades laborales las que mejor las identifiquen y que les abra el camino para el futuro que ellas desean. De esta manera dar fin a la desigualdad de género, llevando a Colombia a ser un país con menos pobreza y por el contrario conseguir un mayor desarrollo en la economía.
Escrito por: Johana Jiménez
Fecha: 10 de abril del 2020